Hace días te dije que esto había terminado... puse mis cartas sobre la mesa y tu trataste de seducirme otra vez. Y tal vez hubiese seguido ahí, mientras tu paseas con tus amores pasajeros una y otra vez y seguiríamos como siempre, jugando a qué no somos nada pero siendo todo.
Ya no podía más y decidí dejarte ir, porque sé que al no dejarme utilizar por ti tu te irías sin más, algo que está pasando y me está doliendo, me carcome el pensar que no me extrañas, que no me necesitas ¿Qué más podía hacer? ya no aguanté más, me hartaste, me hartó tu forma de ser, que jugaras a quererme sin siquiera sentirlo, que me pagaras con tu cuerpo la utilizada que me dabas a mí.
Y tu mirada me hizo decidirme, porque sabía que te daba asco, que no querías estar ahí. Por eso lo hice, por eso ya no te ayudé en nada, por eso me puse firme, para que te largaras de una vez por todas y pudiera tener mi duelo por una relación que jamás fue.
Y ahora estoy aquí, deseando que me escribieras, deseando poder ayudarte, deseando poder volver a lo que éramos porque era mi confort, pero debo ser fuerte por mi misma, porque no se valía que tu obtuvieras todo y nunca quisieras nada de lo que yo te ofrecía, haciéndote el sufrido porque no tenías amor, porque nadie te quería bonito.
Yo sí lo hacía, yo sí te quería bonito... pero tu nunca quisiste esos sentimientos. Eso me duele.
Te amo, pero debo amarme más a mí, por eso recojo los pedazos de mí, la yo que se desarmó para armarse a tu antojo y aun así jamás fui suficiente.
Me alejo para no hacerme ilusiones de que vendrás, porque yo sé... nadie vuelve a mí. Nadie quiere este amor y pues, ya llegó un punto en que eso está bien.
Ya no vuelvas... aunque sufra por tu partida... ya no vuelvas por favor.
ATTE
Diana
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