martes, 8 de octubre de 2019

Realidad


Mis ojeras están más marcadas ahora, no importa cuánto duerma o no me estrese, esas ojeras siguen ahí.
Es como si hubiese vuelto al abismo, al vacío del que me costó tanto salir.
Ahora, los recuerdos que lo inundan todo, se vuelven lodo y después mi realidad los vuelve piedra y empiezan a tapar mi corazón.
Otra vez salen a flote mis temores, mis fracasos, vuelvo a caer y es peor…
¿qué me hice a mi misma? Esto no debería ser así, yo no debería volver a esto, sin embargo, aquí estoy… menos que antes, menos que nunca, asfixiándome en mi inmundicia, con un temor más grande a la muerte.
Estoy hecha añicos, y me da pavor verme donde estoy, me creí tanto que pensé que me lo merecía (el trabajo, la importancia) y ahora… ahora ya no están mis alas, se fueron con él…
¿Cómo continuar?
Lo detesto, yo estaba conforme con mi soledad, sabía mis límites, sabía que podía o no hacer, pero llegó este idiota a querer hacerme creer que podía… y volé…
Y me he caído… no debí creer nada, no debí sentir nada.
“el estafador, resultó estafado”
¡qué idiota soy!
Ahora ni la fantasía de la muerte me llega, pues ni siquiera quiero morir, solo quisiera no sentir más esto. Dejarlo, apagarlo, asfixiarlo y que ni su recuerdo quede. Esto quema y me deprime.
Me siento cansada, mareada, con la boca reseca y mi salud mental al borde de un hilo, me he vuelto agresiva y mi inutilidad salta a la vista.
¡qué horror! Esto no debería haber pasado.



ATTE
Diana

No hay comentarios: