Mis ojeras están
más marcadas ahora, no importa cuánto duerma o no me estrese, esas ojeras
siguen ahí.
Es como si
hubiese vuelto al abismo, al vacío del que me costó tanto salir.
Ahora, los
recuerdos que lo inundan todo, se vuelven lodo y después mi realidad los vuelve
piedra y empiezan a tapar mi corazón.
Otra vez salen a
flote mis temores, mis fracasos, vuelvo a caer y es peor…
¿qué me hice a mi
misma? Esto no debería ser así, yo no debería volver a esto, sin embargo, aquí
estoy… menos que antes, menos que nunca, asfixiándome en mi inmundicia, con un
temor más grande a la muerte.
Estoy hecha
añicos, y me da pavor verme donde estoy, me creí tanto que pensé que me lo
merecía (el trabajo, la importancia) y ahora… ahora ya no están mis alas, se
fueron con él…
¿Cómo continuar?
Lo detesto, yo
estaba conforme con mi soledad, sabía mis límites, sabía que podía o no hacer,
pero llegó este idiota a querer hacerme creer que podía… y volé…
Y me he caído… no
debí creer nada, no debí sentir nada.
“el estafador,
resultó estafado”
¡qué idiota soy!
Ahora ni la
fantasía de la muerte me llega, pues ni siquiera quiero morir, solo quisiera no
sentir más esto. Dejarlo, apagarlo, asfixiarlo y que ni su recuerdo quede. Esto
quema y me deprime.
Me siento
cansada, mareada, con la boca reseca y mi salud mental al borde de un hilo, me
he vuelto agresiva y mi inutilidad salta a la vista.
¡qué horror! Esto
no debería haber pasado.
ATTE
Diana
No hay comentarios:
Publicar un comentario