Dejo -aún -pendiente mi contribución al mundo sobre mis delirios y consejos de escritura y en vez de eso, publico esto que me salió hace unos días.
Quien lea lo que antaño publicaba, sabrá entonces que siempre he sido así.
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Muchas veces me resisto a pensar en la vida que me depara,
esa que esta entre este día y el día en que me muera. No me gusta pensar en ese
futuro... mi muerte no es problema (en ella pienso todo el tiempo), mi problema es
la vida.
La verdad es que tengo tanto miedo de vivir: me da pánico
pensar en que haré en estos años, en que perderé, que me torturará, que me
podrá hacer feliz. Esas ilusiones de las que escucho hablar a las personas, cosas que veo en la vida de mis amigos y no puedo verlas en mi vida,
ni siquiera puedo imaginarlas… eso me entristece.
De alguna manera, sé que no soy como los demás -han de decir
que es arrogancia -pero donde quiera que voy, quiera que este, siempre
soy desplazada, aun con los “diferentes”. Es una sensación incomoda e
intangible, quiero creer que es la falta de confianza en mi forma de socializar que
hace que me auto excluya, o tal vez es que no me interesa, más que
superficialmente, las charlas amenas que salen (como sea siempre termino
arrepintiéndome de rodearme de personas)
Me pregunto si será normal sentirse así, me pregunto si no
esto solo está en mí.
No lo sé.
Lo único cierto y lo único de lo que tengo certeza es que
cometeré mi pecado un día de estos. La ofensa máxima de esta vida llena de ofensas
será esa y la añoro más que a nada en el mundo; sin embargo, no cometeré nada
si alguien me sigue necesitando (y cuando tenga el dinero para no cargarle los
gastos a los demás).
Había dejado de pensar en ello desde antes de que mi papá
falleciera, pero al parecer, esto es lo único continuo en mi vida: la
melancolía, la rabia, la tristeza y el inmenso vacío que todos conocemos y que
detestamos a veces.
En estos días debo tomar mis rumbos, rumbos que podría tomarlos
sino fuera porque me dan miedo las decisiones. Para peor, las personas sienten lástima
de mí y a mí me da rabia y tristeza porque para ellas soy como el perrito
desnutrido que ven en la calle “pobre perrito” me dicen, pero me pasan de
largo… no los culpo, soy yo quien tiene que salir de esos hoyos, soy yo quien
tiene que vivir esta vida, soy yo la que tengo que decidir ¡qué ironías! Tener
que decidir y saber que no quieres hacerlo; pero de eso se trata la vida ¿no?
Solo decisiones… y nada más.
No he de morir como mis ancestros… esa es la única decisión
que no se me dificulta tomar.
Just I’ll kill myself
No pretendo volver a escribir melancólicamente, solo que hay etapas para mi humor; ya vendrán entradas mejores y argüendenados bonitos.
ATTE
Diana Albatou
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