miércoles, 15 de octubre de 2008

No hay nadie

No hay nadie. Prendo la televisión y no hay nada; la apago…
Miro la PC y me siento frente al monitor, inicio sesión en el Messenger; no hay nadie con quien hablar, puros estupidos que solo me agregaron por conocer a otros estupidos, personas que no conozco me hablan de temas aburridos como por ejemplo ¿te gusta el pop?, nada más. Escucho música; la quito pues no quita el vacío y hasta me molesta pues me trae recuerdos agrios antes felices que me torturan hasta la agonía.

He tenido uno de los peores días de mi vida (antecedidos por otros iguales) y el vacío se hace grande. “tan sol@” me repito “siempre sol@”
La lastima es apenas solo una pequeña parte de las cosas que siento en este momento. ¡Oh, bendito vacío!

Ahora, voy a la cocina, una pila de trastos enorme me espera para ser lavados y unas moscas rondan el lugar, aun hay platos con comida y el olor es insoportable. Sigo caminando y me sirvo un vaso con agua. Veo los cuchillos, frunzo el seño y salgo de la cocina.

“que importa” me digo “si esto ya no tiene caso…que importa”

Con el vaso de agua sigo caminando hacia el pasillo de mi habitación. Entro en ella; la cama sin tender, el foco fundido y la sangre regada son cierto factor triste en esa pieza, luego miro entre ropa sucia, zapatos mohosos y papeles tirados algunas cartas que había escrito ayer, las levanto y las leo con detenimiento; las vuelvo a aventar con repudio y luego miro una caja de pastillas que había sacado de un cajón hace unos días
“ni como se llaman, ni para que sirven” me digo en voz baja “ya no importa”

Esas pastillas se ven viejas; al parecer caducas hace años –por la forma que tienen –las destapo y las saco todas; una a una entran en mi organismo. Me siento en la orilla de la cama y miro el espejo roto que rompí hace horas; mi mano izquierda aun duele pero ahora esta vendada y aun así se puede apreciar la sangre en el trapo viejo que me puse encima.
Miro el reloj “ya pasan de las 8”. Me levanto y miro hacia la ventana que conduce a una calle mugrosa infestada de gente que camina presurosa hacia algún lugar o ninguno; escucho allá a lo lejos la música infernal (reggaeton) de un antro de mala muerte, antes eso me enojaba pero ahora no me causaba nada. “Ya no importa” me convenzo mientras una lagrima pasa por mi mejilla. Hace mucho que no lloraba y ahora unas cuantas gotas de agua salada resbalan por mis ojos, se ha roto mi orgullo. Me vuelvo a sentar en la orilla de la cama. Tengo sueño. Me acuesto, me tapo con las sabanas –aun tengo las ropas de la semana pasada – cierro mis ojos “ya no importa, no hay nadie”

Un texto de hace ya casi un año...ademas inedito porque no se lo habia mostrado a nadie (bueno, exceptuando a Mel XD) jejejeje me despido.
ATTE
Diana_Albatou

No hay comentarios: